La globalización trae consigo una asimilación cultural urbana. La explosión demográfica y el aumento de los jóvenes impactan en la organización familiar, la estructura del trabajo y las diversiones y el ocio.
La globalización es un fenómeno que se experimenta en todo el mundo. Hay malestares e inconformidades tanto en los países pobres como en los ricos. La famosa “competencia internacional” resulta cara, aumenta la inequidad y genera problemas sociales. Es necesario crear normas que no debiliten la autonomía de los estados. También es conveniente formar una ética universal a la que se sometan los mercados mundiales. Tenemos que aprovechar al máximo las ventajas que proporciona la globalización cultural, que acerca a los pueblos y los enriquece, y representa una gran oportunidad para elevar el nivel de vida de las comunidades, y combatir la llamada globalización financiera que hasta el día de hoy se rige sin normas y que responde a intereses particulares y atenta contra la economía de las naciones y de vastas regiones del mundo.
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